Esto que siempre se ha dicho que un acuerdo es mejor que un pleito tiene parte de verdad. Dependerá del estilo del abogado y de las pretensiones del cliente, pero en general, en aras de una mejor solución para las dos partes, el acuerdo se erige como la mejor y más justa de las soluciones.
La administración de justicia en el orden civil busca la verdad formal a diferencia del orden penal, donde lo que se busca es la verdad material. Esto hace que en ocasiones lo mejor sea buscar una solución amistosa, tanto en el orden penal como en el civil. Las dos partes quedarán satisfechas renunciando cada una a parte de sus pretensiones, aliviará la carga de trabajo del Juzgado, y de los abogados.
Por su propia naturaleza, el procedimiento judicial busca siempre una posible acuerdo a través de la conciliación, ya no solo en orden civil o penal, también en el social. Los jueces se convierten en facilitadores del acuerdo, y cuando el perfil del abogado es pro acuerdo y pro diálogo, todo se hace más fácil. Siempre aconsejo a mis clientes llegar a un acuerdo ya sea antes de iniciar un procedimiento judicial, como durante. El acuerdo se convierte en la tercera cara de la moneda, y una posibilidad de que ganen las dos partes, la que defendemos y la contraria. En el orden penal tienen una parte importante en la llamada Justicia Restaurativa.
Por eso, siempre hay que plantearse el acuerdo como una posible y muy interesante solución a nuestro conflicto.